jueves, 18 de octubre de 2018

Impotente

Y otra vez más, una entrada que le rendirá homenaje al nombre de este blog. 




 Impotente seguro te sientas, por querer saberlo todo. Por desgracia, la mayoría de las mentes humanas somos bastante limitadas, podemos avanzar de a un paso a la vez. Somos tantas personas en el mundo con ambiciones  y metas parecidas, que con tanta competencia pocos lograrán cumplirlas ¿Aumenta esa sensación?
 Puede que te sientas insatisfecho, por tanto que quieras hacer, pero no te alcanzará con una vida. De saber que no vas a conocer ni probar todos los gustos y colores que hay; las mejoras ideas artísticas ya se han  hecho; los récords deportivos van llegando a su límite; la vanguardia, la necesidad de romper esquemas y tradiciones ya son regla (y tradición). Es lo disciplinado y lo estructural aquello que rompería con los esquemas de nuestra sociedad en tiempos de anarquía filosófica. Además, ves con frustración como la mayoría se decanta por un extremo: O son de los pocos tradicionalistas, progresistas, religiosos o escépticos (nadie escapa del dogmatismo), pero nadie aprende a ser pragmático (incluso uno mismo, siendo que compone a la mayoría).
 Impotencia se siente de saber que todos quieren nadar a contracorriente, pero ninguno es salmón. Todos quieren tirar para un solo lado, pero terminan haciéndolo del mismo.





Por nuestras maleables mentes de primate

 Como sabrás, nuestros cerebros están repletos de fallas. En el mundo moderno, lo que hacía sobrevivir a tus ancestros, ahora te hace esclavo del consumismo. No es que esté mal una dosis moderada de este, pero cuando se trata de las tantas opciones de consumo de hoy en día, nadie se modera. 
 Dirás que somos los esclavos de la élite capitalista que domina el mundo. O que una sociedad secreta es la que manipula milimétricamente nuestro entorno para mantenernos enviciados en lo que sea. Puede que haya una parte de verdad en estas afirmaciones (y una bastante minúscula), pero en el fondo sirven para tener un enemigo al cual culpar de nuestros malos hábitos, y librarnos de un cargo de conciencia contra nosotros mismos.
 Volviendo a lo anterior ¿No te genera impotencia y frustración, pensar en que nuestros instintos nos hacen dóciles?



 Podés cambiar el mundo a pesar de tener todos los pronósticos en contra. Cientos de personas lo han logrado y...bla...bla....bla
 La motivación también es objeto de consumo. Y si la estás buscando:

  • Fabrícala.
  • Andá a Google a buscar videos o imágenes de superación personal.
 Compartir una visión descontextuada de los aspectos negativos de la realidad no es pesimismo, sino diversión. De todas maneras no a todo el mundo le va a afectar por igual.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Cuando te quedes sin ideas

Ese momento en que tu mente está en blanco y estás sin ideas, para tu proyecto. Quizás tengas algunos conceptos en tu mente, pero no sabés que hacer con ellos. O tal vez quieras que tu proyecto sea revolucionario y tenga mucho éxito. Pero hay un problema, no posees los recursos o las ganas para lograrlo.


 En tus tiempos libres (fuera de tu clase o trabajo) pensás en el descanso y ocio, ya habrá tiempo para trabajar en tus metas. Si es que no te faltan ganas, entonces te falta inspiración, o encontrar el momento oportuno. Divagás en tu cabeza, imaginando el día que tu meta pendiente ya esté avanzada. Luego:

  •  Vas pensando en todas aquellas metas y proyectos que te propusiste, pero requieren tanto y sos consciente de que la vida no alcanza para lograrlo todo. No tenés idea por cual empezar, y en el desorden decidís seguir posponiendo. 
  •  Buscás en tu entorno algo que te inspire, una solución: Una conversación, un libro, una persona, un contenido de Internet, algo. Más aún te complican.
  •  En algún otro momento te ponés las pilas, y comenzás a investigar desde Internet. En cuanto te diste cuenta, abriste varias pestañas y uno o varios videos de Youtube.

  De repente te viene una idea a la cabeza, una inspiración que te sirve. 
- Ahora lo hago- Pensarás
 En algún momento de la semana, cuando te quisiste acordar de ello estabas abstraído mirando las publicaciones de tu red social y esa brillante idea quedó en el olvido.

 Ya fue, hoy no hagas nada.